UNA GOTA DE LLUVIA EN EL DESIERTO
Sé que ahora he de caminar
la vasta inmensidad de un desierto
Porque en la playa
donde rompían las olas de tu recuerdo
Ya se acabó la arena
Que contaba las horas
para celebrar nuestro reencuentro
Te fuiste tantas veces
con cada ola que renuente venía
Y como sirena te llevaba
entre el hambriento graznido
de una gaviota en celo
Y el lánguido silencio de la espuma
que ávida de olvido iba muriendo
He oteado tantas veces
Hasta ese lado de océano que oculta
el lugar donde el sol nace
Me he aupado tantas veces
hasta la cópula de los faros
Que indagan la soledad de los veleros
cuando de un vendaval emergen
He visto como se apagaban
una tras otra las ilusorias búsquedas
Las torturantes esperas
donde la fe se licua al hacer tierra
Y la esperanza arrodillada
se interroga con espanto si hay aun
una gota de lluvia en el desierto
Si se han de agrietar mis labios
por esta sed torturante
Mientras mi alma se derrumba
desde los cimientos con que sostenía
el parasol en la playa
que almenos me quede su sabor amargo.
(José M. Huete García. Abril 2014)
D.A.R.
