SIN TIEMPO NI DISTANCIA
He sentido esta noche latir en mi garganta
el mas profundo grito de rebeldía,
es el indomable anhelo de tenerte,
ni el tiempo ni la distancia podrán someterme.
He sentido brotar de mi boca a borbotones
el sabor mas amargo de mi sangre,
el que hiela el palpitar de mis arterias,
el que hace que de hiel escriba los poemas.
Porque nunca seré propietario de la llave
que en lo mas recóndito de mi silencio
como parte de mi pueda guardarte,
que pueda tenerte cuando no estás ausente.
¡Solo así me es permitido amarte!
Eres la promesa inalcanzable
de mi nostalgia interminable.
La lágrima que nunca se acallara
en mi alma insobornable.
Con la fuerza de Hércules en sus trabajos
doblaré los hemisferios para hacerme
beso eterno en tu boca,
ascender en ella a mi último Gólgota.
Como Ulises redivivo te soñaré Penélope
tejedora paciente de una nueva Ítaca
hasta su orilla
navegaré en tu piel
y allí embarrancaré para siempre.
Cual Cronos omnipotente
doblegaré el impasible caminar del tiempo,
romperé todas las manecillas de los relojes
que existas como único instante de mi mente.
¡Solo así, domeñando el tiempo y la distancia
podré amarte y esperar que
llegue la muerte!
(José M. Huete García. Diciembre 2011)