CAMINANTE

Si no pudiera soñarme

Qué cruel seria rodar por los caminos

Con mi ambivalencia a cuestas,

Con mis llagas abiertas

Con un reguero de sangre

Por toda huella.

Qué eterna es la distancia

Cuando se recorre en línea recta,

Cuando no hay sombra

Que me persiga,

Ni olas soliviantadas que dejen

Espuma en la arena blanca.

¿Como embaucaré a la palabra

Para que se haga poema,

Como haré brotar la savia

Si los bosques están secos,

Si no atisbo a lo lejos

Un oasis en el desierto?

¿Como dar cobijo a mi alma desperdigada,

Si tus brazos son de azogue y piedra,

Si no hay rendija abierta

Por donde la brisa se inventa,

Si no puedo saber de tu secreto latido

Sin hacer sonar las aldaba?.

¿Cómo apagar la llama

Que me arde por dentro de la mirada,

Si se impacienta la ira,

Cuando son río las lágrimas

En las pupilas de la inocencia

Cuando la desidia la abandona al viento?

¿Cómo solicitaré el alivio

De posada, viandas y vino,

Si mis pasos nunca equivocaron el camino,

Si mis pies no están llenos de llagas,

Si no dejé ningún jirón ni gemido

Que me reinventara en la nada?

(José M. Huete García. Enero 2013)

“DELICATESEM”

De férreo sonido

Y germánico acento,

Es el vocablo

Que a saborearte me tienta,

A definirte en el filo de mis sentidos

Me lleva.

Al borde del ágape

Me suspendo en el aire,

Con el brillo meloso de tus ojos

Me rozo,

Con fruición me embeleso,

Mis vidrios relampaguean de gozo.

En un suspiro tuyo

Extiendo mis alas,

De tu aliento bebo licor de miel

Y corales rojos,

Exhausto me deja el placer,

Caigo borracho de deseo.

Hay una sinfonía

Melodiosa euforia de estrellas,

En la armonía de tu voz me embebo,

Me acuno en la orgia del violín,

En los tambores del fuego

Me enciendo.

Tan delicado es el aroma de hembra

En la bandeja de plata de tu sexo,

Que con delicadeza me sirvo

Para que tal deleite

No se deshaga entre mis dedos,

Antes de sentir que d é muero.

¡Bendita sea esta muerte

Que volar me permite

Hasta alcanzar el cielo!

(José M. Huete García. Enero 2013)

AHORA

No tengo ningún olvido

Que te pertenezca,

Sepultado bajo cipreses

Ni madreselvas,

No cubrí con los silencios

Lugar de tu geografía entera.

Para que olvidarte

Si al tercer día

Como viento resucitaste,

Si eres la savia vieja,

La raíz que enterró bajo tierra

Las lágrimas del sauce.

Ahora que estás despierta

Y yo  escucho el revuelo

Del colibrí en tus caderas,

Bebamos de nuestras bocas

En pequeños sorbos de deseo

de la fuente de agua nueva.

Ahora que en nuestra piel

Ya no quedan hojas secas,

Aremos los surcos

Bien profundos,

Que hasta el tiempo se olvide

Que en Otoño no germina trigo.

¡Denudémonos bien desnudos

No disfracemos el destino,

Que ya hay puentes

Sobre el mar mas profundo!

(José Huete García. Enero 2013)

QUISIERA SER

Si fuera capaz de volar

al lado de la águilas,

y mi mirada llegara

hasta donde nace

el febril aleteo de tu mirada,

mas allá de las montañas,

mas allá de las distancias,

quisiera ser estrella

para encerrarme en tus pestañas

y poder beber de tus lágrimas.

Si pudiera ser gota de lluvia

Deslizándome por tus pétalos

Como la mas tierna caricia,

Si pudiera ser rocío

Que al alba humedeciera

la sequedad de tus manos

buscando ternura en el aire,

quisiera ser río desbordado

derramándome inagotable

en la sementera de tu vientre.

Quisiera ser viento, nieva,

Mar y playa,

La savia de los árboles,

El racimo en las vides,

El pan y el trigo,

En tus labios vino,

De tu memoria el libro,

De tus sentimientos el pergamino,

De tus miedos el abismo,.

De tu caminar el inicio.

¡Quisiera ser lo que el corazón me pide

El trazo sutil de tu esencia

Cuando en el universo se hace elipse!

(José M. Huete García. Enero 2013)

VOLVER A EMPEZAR

Aún recuerdo, amor,

Cuando nos encontrábamos

En aquellas horas abruptas,

En el rincón del oscuro silencio

Entre aromas de basura

Y el ladrido de un perro solitario.

Cuando asegurábamos con firmeza

Que no importaba la distancia

Que lo importante era juntar

Los labios de nuestros fantasmas,

Dejar que volaran como gorriones

Las oscuridades enjauladas.

Devorábamos con urgencia

Cualquier matiz de la lujuria,

Cualquier manjar repleto

del inaudito sabor de la lascivia,

nos bebimos sorbo a sorbo

todo vino de las cepas del infierno

Cada transgresión de los ritos

Lo celebrábamos como victoria,

Nos impusimos por mandato

Sembrar de orgasmos

Todo altar de lo sagrado,

Y de nuestra soberbia los campanarios.

Jugamos a ser niños

Osados y atrevidos,

Apostatando de la inocencia,

Sin darnos cuenta,

Que volver desnudos a los ancestros

Era el camino equivocado de la vida.

Y ahora, cuando el destiempo

Se hace tiempo apaciguado,

Cuando de tanto roas por los senderos,

De tanto ser mariposas

Que las espinas de todas las rosas

Solo dejaron sangre en la boca.

Ahora que ya somos todo lo que fuimos,

Que ya aprendimos que los pasos

Son destino en si mismos,

Que nada de lo que hicimos

Nos permite suponer qe alguna vez

Estuvimos sin pecado concebidos…

Es ahora, amor,

Cuando aprendimos que la luz

Siempre está al final de las tinieblas,

Que la vida slo es una pequeña llama

Inasequible a la imprudencia,

Que podemos decirnos sin desaliento…

¡Yo creo en ti, vengas de donde vengas!

(José M. Huete García. Enero 2013)

ELLA SE LLAMA SOLEDAD

Una llave abre la puerta de la noche,

Las olas del mar son taconeo

Acelerado en el pasillo,

Y se que has venido.

Me sonríe tu rostro de esfinge,

Me acaricia tu mirada helada,

Unas manos apagadas me recorren,

Y huele tu sexo a desgana.

La luna oculta su cara amable,

Los geranios lloran en la terraza,

El tic-tac del reloj se detiene,

Y las palabras son estertor en el aire.

Cada noche me vacías el alma,

Te adueñas de cada latido

De la inmensidad de cada vacío,

Y en el me inyectas tu veneno.

Te vas sin decirme nada,

Con un paso de danza helada,

Me dejas estalactita en las pestañas,

Y un dolor crucificado de nostalgia.

Y en esa locura en que se despeña

El tiempo sin dimensiones,

Trémula mi voz osa decir:

.-¿Amor, volverás mañana?.-

(José M. Huete García. Enero 2013)