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sábado, 20 de octubre de 2012

BRUMAS DE ATARDECER

Amor,

la tarde sonríe radiante de soles,

el mar ha templado su fiereza,

la brisa es tibia, y abriga el alma,

y, sin embargo,

 nuestras miradas

se miran sin verse,

se pierden en un vacío,

de palabras apenas musitadas,

que anodinas nos hieren

como una afilada navaja,

como un bisturí

que extirpa las razones,

como un veneno

que nos mata de sinrazones.



¿Cuando la luz

perdió sus tonalidades?



¿Cuando tras la tormenta

no nació el arco iris?



¿Cuando la ira callada

se esculpió en palabras?



No quiero sentir que el tiempo

siga cavando esa tumba,

donde, siquiera, podremos medir

la distancia que nos separa.

Porque solo es necesario un acto de fe

para que en nuestras almas

renazcan esas huellas que quedaron,

cuando aún nuestros labios

no tenían el sabor de la hiel.

(José M Huete García, Octubre 2012)
SUEÑO EQUINOCIAL

Hoy el mar se ha vestido de azul

y delicadas cenefas blancas,

en sus ojos la celestial

profundidad de la mas bella luz,

sus labios coral los adornados..

Hoy has venido en una tenue brisa

de sal y lejanías,

por el camino sin hollar

de la playa de arena blanca,

vestida de tu desnudez de gala.

Hoy has venido con el alma

abierta de par en par,

y en mi piel has dejado escritas

todas aquellas palabras

que como olas se agitan en mi alma.

He sido gaviota sin amarras

para en el mar de tu mirada

pecar destellos del alba.

Una a una las rompí,

las que me ataban

a una pena de sal preñada.

Y te amé como el viento

ama a la palmera,

ceñido a tu cintura.

cimbreando tus ansias

desde la raíz a la copa mas alta.

 

Y en ese momento equinoccial

en que el sueño se despereza.

y pronuncia su despedida,

te llevaste el secreto mas puro,

la última rosa que guardaba,

con ella te entregué

los restos de mi inocencia.

Se quemó el día en exceso de soles,

vino la noche de apagdas pavesas,

mas, quedaron perennes tus huellas

en la arena blanca

de la playa por donde viniste.

(josé M. Huete, Mayo 2012)
ESCRITO EN EL MAR

Esta noche, el mar era un cuenco

negro y profundo,

hecho de la arcilla de la tierra,

y en el se recogían

las saladas lágrimas de las estrellas.

Eran las almas puras,

que en suspiros quedaron denudas

límpidos luceros de tristeza,

que supieron que el sueño de lo eterno

era una infinita espera.

Y he visto como el mar, se ondulaba

lujurioso, al sentir en su vajina de espumas

la simiente de celestiales perlas,

y entre los surcos de las olas

germinaban danzarines peces de plata.

Y en esta playa donde linda

el cielo con la arena,

mas allá de las sombras,

supe que la eternidad, solo es un instante

que se bebe sorbo a sorbo de tu boca.

Y que es en el mar que nos arrebata las huellas

donde esta escrito el testamento,

de esta pasión

que es murnullo en las caracolas.

(José M. Huete García, Ocrubre 2012)
DESDE EL TEJADO

Como gato sobre el tejado,

indolente pero avispado,

noctámbulo cazador de sueños,

veo como camina el tiempo

sobre ese asfalto,

de mi sentir tan lejano.

Me abrigo con el viento,

tengo un agujero de hojalata,

cuando acecho una gata rebelde,

que de la lluvia me protege,

o de pizarra negra y reluciente,

si es una gata sumisa y coqueta,

la que me reclama impaciente.

Si siento que el hambre

se hace exjgencia acuciante,

hago un guño provocativo

a una avecilla inocente,

la engullo sin remordimiento,

en el cielo un ojo reluciente

me dió su consentimiento,

porque de siete vidas

he de ser superviviente.

Solo hay algo que me inquieta

que nubla mis ojos de tristeza...

Que después de mis site muertes,

pueda reencarmene,

en uno de esos seres tan extraños,

que caminan tan apresurados,

pretendiendo que el tiempo no pase,

que aún no saben,

que la diferencia entre ayer y mañna,

es el tejado en que hoy duermes.

¡Si alguna vez dejo de ser gato,

y he de ser hombre,

que siempre haya un tejado

donde una gata me espere!

(José M. Huete Garcia, Octubre 2012)

viernes, 19 de octubre de 2012


 ENTERA

A veces, cuando te amo,

la brisa, asustada, pliega sus alas

y como un pajarillo indefenso

que busca refugio en el dorso de mis manos.

son tus palabras…

Esas tan dulces, que con una lágrima

entre tus parpados se estremecen,

esas que se hacen  de silencio,

y hasta el infinito,

en atávica raíz del sentimiento

en fronda de tierna hierba   se extienden.

 

A veces, cuando te amo,

un profundo océano

se encrespa en olas rugientes,

y, en ellas, la plácida cara de La Luna

en gotas de espuma se diluye.

Es el inaudible aullido del universo

que en tu vientre

en deseo se convierte.

 

Cuando te amo,

es ese instante,

que en eternidad se detiene,

ese  fluir incontenible

en que mi alma,

incontrolable se pierde

 

Cuando te amo,

a veces,

eres plácida brisa,

agua bendita

en que mi inocencia se bautiza,

a veces,

eres tempestad y delirio,

eres la negra sombra de dolor

en que mis límites  se definen.

 

Cuando te amo…

¡Las dos mitades de mi corazón,

entera te necesitan!

 

(José M. Hete, Junio 2012)

 ENTERA

A veces, cuando te amo,

la brisa, asustada, pliega sus alas

y como un pajarillo indefenso

que busca refugio en el dorso de mis manos.

son tus palabras…

Esas tan dulces, que con una lágrima

entre tus parpados se estremecen,

esas que se hacen  de silencio,

y hasta el infinito,

en atávica raíz del sentimiento

en fronda de tierna hierba   se extienden.

 

A veces, cuando te amo,

un profundo océano

se encrespa en olas rugientes,

y, en ellas, la plácida cara de La Luna

en gotas de espuma se diluye.

Es el inaudible aullido del universo

que en tu vientre

en deseo se convierte.

 

Cuando te amo,

es ese instante,

que en eternidad se detiene,

ese  fluir incontenible

en que mi alma,

incontrolable se pierde

 

Cuando te amo,

a veces,

eres plácida brisa,

agua bendita

en que mi inocencia se bautiza,

a veces,

eres tempestad y delirio,

eres la negra sombra de dolor

en que mis límites  se definen.

 

Cuando te amo…

¡Las dos mitades de mi corazón,

entera te necesitan!

 

(José M. Hete, Junio 2012)
CIRCUNLOQUIO

Siento el día hiperbólicamente tangencial,

siento el tenue roce de sus alas grises,

fugaz se aleja sin dejar huella,

sin ocupar la grieta que le tenía reservada.



Se escapa como una brisa desprovista

del peso suficiente para horadar

otros huecos en mi silencio,

lo presiento marchito antes de tiempo.



El Sol se ha quedado sin romper aguas

en el vientre de una nube vestida de negro,

que necesita consejo celestial

para parir un niño con cabellos de fuego.



Me siento perdido en este abismo

de incompetencia del tiempo,

porque estaba anunciado

que hoy todo sería vertical como la lluvia,

que acaba en arco iris

abrazando la impronta de tus caderas.

No se resigna la mano ya abierta

a encerrar entre sus dedos,

todo el aroma del clavel encendido,

que erguido clma al cielo.

(José M Huete, Mayo 2012)
LAS REGLAS DEL JUEGO

Cuando el día ya ha acontecido,

y solo quedan esos momentos

en que las cosas vuelven a su sitio,

ese tiempo restante,

en que, como por casualidad,

uno al otro nos recibimos

en el perfecto ritual de soliloquios…

Siento que tu eres la norma

y yo el verso loco.

Es en tu mirada donde se escribe

toda norma gramatical,

que transforma nuestro silencio

en un paréntesis, que encierra

todo atisbo de sentimiento.

A veces, tus pupilas se curvan

en melifluos interrogantes,

que no hacen preguntas,

solo reafirman

lo que ya damos por supuesto.

A veces, brillan, con la soledad

de un contundente punto y aparte,

establecen la distancia debida

para un discurso indebido.

A veces ,se enrojecen doloridos

como duele en la espalda de la palabra

el rejón de un acento agudo,

una comezón de dolor

que nunca finaliza en lágrima.

A veces, te sorprendo

tejiendo entre tus pestañas

unos promisorios puntos suspensivos,

como si de pronto,

en tus venas se licuara la sangre,

y no fueras una simple sospecha

de que alguna vez lloraste.

Y cuando llega ese instante

tan inevitable, como temido,

en que tus parpados se entornan,

y con un trazo subrayas

lo que es importante…

Siento que tanta cordura

es solo un abismo de locura,

y no puedo evitar

a el asomarme.

ni que entre mis dedos palpite

un postrero acto de rebeldía,

la insensatez de un poema sin normas,

que de nosotros nos salve.

¡Porque, al final, solo perdura,

lo que escapa del tiempo cumplido,

y a medirlo nunca se atina!

(José M Huete, junio 2012)
BRILLO ENTRE SOMBRAS

Este sol que ilúmina a destiempo

este mar encendido de azules,

el vuelo de los mirlos cantores,

la linea recta que traza el horizonte,

que oculta entre fulgores

la desnudez impúdica de las flores.



Este sol que me roba a sabiendas

la hueca cavidad, donde sueño a sueño,

verso a verso indescifrable,

escribo cada noche, esa plegaria

de a tu presencia inalcanzable.

Este sol que viste de perplejidad

ese sonido de campanas

donde se regodean mis sentidos

y se me entristece el alma,

cuando dejas de ser nostalgia,

y tu ausencia es una paleta

con todas las tonalidades del alba.

Se enceguecen mis pupilas,

con la salina opacidad de las luces,

porque solo entre sombras

aprendía a mirarte.

Y si el mundo sigue girando,

y el tiempo nunca espera,

yo seguiré dejando volar en el aire,

estos versos sin nombre,

con los que aprendí a esperarte.

(José M. Huete García. Octubre 2012)

jueves, 18 de octubre de 2012

SOLO SER TU POETA QUIERO

Mi amor,

hay quienes dicen

que solo puedo ser gran poeta,

si incluyo en mis poemas

una métrica constante

y una rima consonante.

Mas, como ser gran poeta,

si cuando me miras

se me olvidan la geometría,

si mi corzón

haces rimar dislocado

cuando me acaricias,

si de mis dedos

equivocan las dimensiones,

y son caballos desbocados

cuando tu piel recorren.



Mi amor,

sé que nunca cuadraré las letras

en un perfecto poema,

pero, que mas da...

¡Si sé, que no me dejarás de querer!

(José M. Huete García, Abril 2012)

SENTIMIENTO

En ti,

en mi,

en nosotros,

el silencio calla

al unísono.

En la brisa,

en la lluvia,

en el relámpago,

la ausencia borra

su huella,

la presencia

modula

la voz dual

del enigma.

Una palabra,

un verso,

un poema,

esencia que vive,

en las ventanas

del alma,

en la puerta abierta,

por donde escapa

el sentimiento.

Lleno.

completo,

ahito,

en ti me sacio,

en ti soy

lo que siento.

(José M, Huete García, Mayo 2012)

miércoles, 17 de octubre de 2012

ORGULLOSO DESTINO

(De mi libro PASSION-ATA)

De pie, muere el árbol,

Cuando el tiempo,

Inexorable ganador de todas las batallas,

de sus ramas le roba la palabra,

y en sus ojos verdes

ya no lloran las gotas de lluvia,

ni queda espacio en su tronco

para que el viento escriba sus versos,

memoria eterna del bosque,

y en las raíces de sus labios

ya no siente el sabor a tierra mojada.

Y muere orgulloso,

desafiando al cielo

con sus mutiladas manos alzadas,

implorando que ya cese

la ira del viento.

Y su última voz ,

es el grito impávido

del que sabe que su destino,

será cumplido,

volver al vientre de la madre

para volver a ser simiente.

Y muere de pié,

libre en su nostalgia

de la sombra de los días,

en su desnudez se reconoce

dueño de sí mismo…

Y más que nunca se siente árbol,

porque el miedo a la muerte

solo es sentimiento humano.

(José M. Huete García, Enero 2012)
PEQUEÑO

(Nueva versión)

Ahora, aquí, en este momento,

cuando la tarde se hace lamento,

eres fugaz golondrina,

efímera pirueta en mis sueños,

eres la gota de mar,

la espuma salitre

enredada en mi cabello.

Eres la brizna de hierba

que queda entre mis dedos

cuando entre los geranios te encuentro.



Eres el aire sin peso

que busca suspiros

en el recuerdo,

la aguja que me cose

a la memoria de un credo.

Eres el punto cenital

de mi sentimiento,

rio, torrente,

viento,

sangre,

todo lo que fluye

libre en su vuelo.

Soy el barco pequeño

navegandome por dentro,

en la estela de tu viento,

y, a tientas,

con lo inmenso me encuentro.

¡Eres la enormidad de lo eterno

cuando se hace pequeño!

(José M. Hete Garcia, Julio 2012)
TAN SUAVE ES TU VOZ...

Esta noche, amor,

de todas tus caricias,

solo quiero una,

la armonía de la brisa,

la cadencia que aplaca las olas,

el ritmo suave de la lluvia,

el murmullo de la maleza,

la lejana sinfonía de las estrellas,

el chasquido inaudible de la piedra,

el roce de la hoja que en la tierra se posa,

la de tu voz,

que con ternura me arrulla,

que de sosiego me inunda.

Si ves que una lágrima

a mis pupilas se asoma,

es que llora mi alma.

No es por nosotros

es porque tengo miedo

de que sea la última.

(José M. Huete García, Octubre 2012)
INMENSURABLE.

(Nueva versión)

Amor,

sé que quisieras cada día

poner en una balanza,

nuestras risas,

nuestras alegrías,

nuestro dolor,

nuestras tristezas.

saber el peso exacto

de nuestros sentimientos.

Mas, he decirte que siempre

lo encontrarás descompensado,

ni el fiel se detendrá en el lugar deseado.

No te entristezcas

si se inclina hacia tu lado,

ni pienses que ya no te amo,

es que la pasión

es un vuelo largo

sobre geografía desconocida,

ni entiende de geometría,

de hipotenusas,

ni de grados de los ángulos,

ni que la línea recta

es el camino mas corto

entre dos corazones enamorados.

No tengas siempre en tus manos

esa vara de medir

la distancia que separa el deseo

de nuestros labios,

ni del tiempo que hace

que compartimos un orgasmo.

Que si se agrandan los espacios,

no es que, en el corazón,

la sangre se nos esté helando,

es que para que perdure la pasión,

ha de haber entre los dos

espacio para ese campo arado

donde la libertad es girasol,

y la imaginación germina

como flor salvaje al desamparo

del desabrido relente

de los sueños resquebrajados.

No intentes encontrar en el sentimiento

el código de barras de la certeza,

ni encontrar la medida justa,

cuando un vientos de locura,

es el que empuja

a que dos abismos

en un solo vértigo se fundan.

(José M. Huete, Mayo 2012)
SENSACIONES

Cuando te amé esta noche,

te vestí de gala

con la desnudez impoluta

de la azucena sin mancha.

Mis dedos fueron pinceles

en tu piel blanca,

hicieron brotar jardines

de rojos claveles.

Mis manos fueron la llave

que abrió la puerta

de tu enclaustrada inocencia,

para que volara palooma apasionada.

Cuando penetré esta noche

en el misterioso centro

de tu secreto aún no mancillado

por la osadía de las pasiones,

tuve esa sensación extraña

de que todo se hacía pequño

y queda muy lejos.

Quisiera saber.

si fué un ataque de vértigo,

o, es que estuve tocando el cielo.

Si fué la simple cadencia del tiempo

la que desvaneció mis contornos,

o, es que era mi destino,

reconocerme en el brillo de tu mirada,

como un oblicuo holograma de mi mismo.

(José M. Huete García, Octubre 2012)
DESAMOR

No se muere la noche

en la caricia anaranjada del alba,

en los humeantes rescoldos

de lo que fueron encendidos tizones.

en el primer parpadeo del girasol,

en el dulce rocío que despierta al caracol,

es en este instante

en que titubeante,

languidece el último sueño

en que mis brazos te tienen.

Ha sido culpable esa maldita luna

intrigante y correveidile,

celosa,

que sobre si se giró,

y en su otra cara me mostró

el megro espanto de la muerte.



Negro es el hueco del dolor

que en mis pulsos ha clavado

al áspero madero de tus ausencia,

grito de la herida de la piedra,

que en desierto se deshace,

despiadado es el viento

que de sus cimientos arrebata,

el altar donde adoré tu presencia.

Herida se queda el alma,

maltrecha en su pleitud

la exhuberante corola de la flor,

cuando no aletea tenue la mariposa

libando hasta la última gota de su esencia,

y es de la soledad

de la que siente clavado aguijón.

(José M. Huete García, Mayo 2012)

martes, 16 de octubre de 2012

DISCURSO DEL SILENCIO

Porque nunca es ciega la palabra.

ni es neutral un acento

ni el verbo deja de fecundar la tierra,

cuando el sentimiento

se hace yedra en el alma.

Porque nunca el silencio calla,

ni designa las certezas

la voz que apagada

el concepto incuba,

y en verso apasinado estalla.

Porque se teje en miedos la espera,

es delgado el hilo que sujeta

el trémulo vuelo de la cometa,

son los sueños golondrinas que vuelan

cuando ya no hay Primavera.

Porque no son mis labios

los que recorren tu piel entera,

ni es mi sexo el que te penetra,

que el misterio del amor

es el tenue trazo de la incerteza.

Poruqe no es ciega la palabra,

ni el silencio calla,

cuando te siento tan cerca,

que ni el aire tiene espacio,

ni entre las preguntas, la respuesta.

(José M. Huete Garcia, Octubre 2012)